Noche oscura
No sé por dónde empezar… A veces cuando alguien desea algo con tanta intensidad, y pasan los meses y no se consigue, viene un bajón. Así que he de confesarlo, estoy de pleno bajón. Gracias a papá que ayer me salvó del mar de lágrimas en el que me ví metida tras ver por enésima vez el final de una película.
En ese final está la imagen misma de la felicidad para mí. El amor de pareja consumado y fructificado en un hijo por llegar. Es tan serena esa imagen, ella está tan confiada, tranquila, feliz y él la cuida, los protege a ambos y les da mucho amor… ¿alguna vez me veré yo así?
Anoche me dejé llevar por las lágrimas y la desesperación, pero espero poder ir recuperando el optimismo poco a poco…