17 semanas
Ya son 17 semanas contigo dentro. Es increíble y misterioso, ¿qué estará pasando ahí dentro?
Ya son 17 semanas contigo dentro. Es increíble y misterioso, ¿qué estará pasando ahí dentro?
Esta es mi historia….
En el año 2006 comencé a descubrir el mundo de los portabebés ergonómicos. Me encantaban las fotos de bebés pegaditos a su mamá con una tela o mochila bonita. Aprendí mucho sobre ellos, me interesaba el tema no porque mi maternidad fuera inminente, sino porque veía que a mi alrededor el carro y a lo sumo las mochilas no ergonómicas eran la norma.
Esa afición por los portabebés me llevó a informarme sobre el parto, cómo estaba la situación en España y qué era lo que yo querría en su día. En ese momento me informaba porque pensé que algún día sería bueno estar embarazada y tener las cosas claras desde el principio.
De ahí me fuí a informarme sobre el embarazo, cómo se produce, qué cambios se producen en el cuerpo, cómo llevarlo de la forma más natural posible.
Llegó el año 2010 y empezamos a buscar activamente embarazo. Justo con el aniversario de bodas, pensé que sería bonito quedarme embarazada al año de estar casados. No quise pensar mucho en como vendría el embarazo, buscábamos con ilusión y sin comernos la cabeza para nada. A los 6 meses me informé sobre el ciclo, la ovulación, la medición de la temperatura para ayudar a saber los días fértiles. Ahí estaba la causa de que no hubiera venido el bebe, lo estábamos haciendo “mal”, jejeje. A partir de entonces, sucedió un período de un año de búsqueda activa con toma de temperatura, tests de ovulación y mes tras mes, desilusiones.
Estamos en 2012 y en Enero entramos por primera vez en una clínica de reproducción asistida. Con sentimientos encontrados. Ahí hicimos 3 inseminaciones IAC que no dieron resultados. Seguimos buscando por lo natural hasta enero de 2013. Comenzamos un ciclo de FIV en otra clínica. De ese ciclo se obtuvieron 6 embriones calidad blastocito. Tras dos transferencias, obtuve mi primer positivo el 5 de mayo de 2013, día de la madre.
La alegría fue inmensa, sobre todo la sensación de alivio y fin de pesadilla. Pero como la vida es imprevisible, el embrión no venía bien y se paró a la semana 8. Me hundí completamente, si un aborto es injusto, para alguien que lleva deseando ser madre y tener hijos desde hace tanto tiempo, es devastador.
Me tocó ahora informarme sobre el proceso de expulsión de los restos del aborto. Contacté con el ginecólogo que me iba a llevar el embarazo y me ayudo a hacer manejo expectante. El es casi la única cosa buena que ha pasado en este mes. Su sensibilidad y confianza en el cuerpo de la mujer se contagia y me ha ayudado a comenzar a reconciliarse con mi cuerpo.
Y hasta aquí mi camino, ahora estoy lamiéndome las heridas y recuperando fuerzas. En septiembre volveré a por mi congeladito número 2.
He pasado de estéril a infértil en 3 años, ¿se puede considerar un avance?